Con esta escultura quiero expresar un pensamiento sencillo: las piedras están vivas. Las piedras y nosotros estamos hechos de lo mismo. De la misma esencia: energía. No voy a meterme en terrenos de física cuántica o discursos filosóficos, sólo quiero expresar mi pensamiento y sentimiento de que todos estamos hechos de lo mismo, sólo que esa energía se expresa de forma diferente en unos y otros, piedras, humanos, árboles, saltamontes....
Para hacerla, me peleé con un bloque de escayola hasta sacarle la piedra que yo quería ver dentro de ella. Al final salió, pero me costó. De ella salía algo parecido a fósiles, camaleones, caracoles, y otras cosas raras. Según mis amigos, "no me arriesgaba" y se pusieron conmigo a darle una segunda pátina, ensañándose con la escayola...pero la cosa seguía sin ser una roca. Hasta que no me peleé con ella, arrancándole trozos como una posesa, no salió la piedra. Y así aprendí que no hay que tener miedo a trabajar con decisión, con intuición, a dejarse llevar, en un diálogo íntimo con la pieza. En mi caso, finalmente, fue un diálogo apasionado al que llegué después de estar un rato contemplando una piedra caliza que tengo en la terraza. Era mi primera experiencia esculpiendo un bulto redondo como tal y tenía que pensar de forma diferente. No es lo mismo trabajar una pieza plana que en tres tridimensiones. Eso sí, me dejó una tendinitis de recuerdo.
Hay gente que ve un contenido "erótico" en esta escultura. No sé por qué... ¿Será por la abertura en forma de almendra? Pues va a ser que sí. Ha habido mucho cachondeíto con el tema. Pero cada uno es libre de establecer las relaciones que quiera y quizá eso es lo más bonito. Así que, ahí está y que cada uno le saque el jugo como prefiera.
"Piedra viva", junio 2011. Escayola, esmalte italiano, vidrio para tiffanys