Y hago mosaicos. De todo tipo. Me encanta descubrir las posibilidades inagotables de este medio de expresión tan valorado en el pasado y menos popular en nuestros días, tal vez, por su laboriosidad. Lleva mucho tiempo hacerlo y en estos días se vive muy rápido. Pero el tiempo invertido en los mosaicos es oro, es un goce, una forma de meditación, incluso. Y el resultado se ve. Así son mis obras: hechas a mano, con esmero y dedicación, con el pensamiento y el alma puestos en ellas, son únicas e irrepetibles.
En este blog quiero compartir esta pasión y dar a conocer mi trabajo. Quiero aportar mi granito de arena al maravilloso mundo del mosaico que lejos de ser un arte del pasado, es un arte del presente y lo será del futuro.
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